ACABAR CON EL HAMBRE, ¿UNA UTOPÍA?
Hoy día 16 es el día de la alimentación. Sara, que es nuestra cocinera no nos ha podido preparar la comida. Me dice que le duele la cabeza. ¿Qué tendrá? No tiene buena cara. De todas maneras, con el embutido que nos trajimos de España y algo más hemos comido tan ricamente. No diré que nos hemos dado el atracón padre pero no ha estado mal.
Donde vivo la mayoría habrán comido ugali, que es lo que comen todos los días por la mañana y por la noche. Quizá, algunos arroz si es que no lo vendieron todo nada más cosecharlo. Algunos habrán tenido unas verduritas y todos habrán tenido agua del río, cuyo color y sabor no deja lugar a dudas: viene muy contaminado y no es nada saludable.
En algunos momentos del año pueden pasar hambre. Lo pasan. Sobre todo en los meses de verano, a partir de diciembre, en la época de la siembra, cuando el arroz ya se ha terminado y no hay mucho dinero para comprar maíz y otras cosas. La naturaleza tampoco ayuda. El clima es muy seco y por aquí no hay frutales. Ir a por agua al río supone un gran esfuerzo.
La desnutrición, la falta de agua limpia y de saneamiento son la causa última de la mitad de las muertes que se producen en África. No hace falta que os diga que una nutrición adecuada es vital para la formación de un sistema inmunitario, como Dios manda, en los niños y para su desarrollo motor y cognitivo.
En 2011, casi 1000 millones pasan hambre en el mundo. 1 de cada 6 personas no tiene con que alimentarse. Cada hora mueren 1000 niños de desnutrición, de una simple diarrea que podría haber sido mejorada con un sobre de sales orales que, ¿cuánto cuesta en España? ¿15 céntimos? ¿No os parece esto UN ESCÁNDALO INSOPORTABLE?
Un mundo que produce alimentos para todos. Hay quien dice que incluso se podría alimentar a más del doble de la población actual. Podemos ser la primera generación que acabe con el hambre en el mundo porque el hambre no es una fatalidad. El hambre no es algo natural, siempre tiene una causa política. Podemos cambiarlo. El hambre tiene solución. Tan solo se necesita voluntad política como la ha habido para sacar a flote a los bancos a los que se enchufó en 2008 en cuestión de meses más de 250.000 millones de $. Se reúne el G8 y ya está. Con una cifra menor se harían muchos avances en la lucha contra el hambre. Con 50.000 millones de $ se podrían conseguir los ODM. Y esto es muy asumible por los estados.
Estos últimos años en el África Subsahariana el aumento generalizado del precio de los alimentos, las lluvias irregulares, las malas cosechas y la pobreza crónica han contribuido a empeorar la crisis alimentaria. A esto hay que añadir la compra de inmensas superficies de tierra, por parte de multinacionales, para el cultivo de agrocarburantes, que ha obligado a comunidades enteras a dejar sus pueblos y a quedar hambrientas. Muchos africanos han tenido que vender su ganado, sacar a los niños del colegio e incluso abandonar sus casas para ir en busca de comida.
No os olvidéis de estas gentes. Vivimos en el mismo mundo. Llegaríais donde yo vivo, si hubiese un avión directo, en menos de 7 horas. Estamos muy cerca y debemos sentirnos responsables de lo que les pasa a nuestros hermanos del sur.
Desde Itunundu, donde los restaurantes no abundan, de hecho todavía no he visto ninguno, os mando un abrazo muy fuerte.
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