viernes, 23 de julio de 2010

Viviendo en el Sur 1

El año pasado también llamaba a estas humildes crónicas "Viviendo en el Sur" así que como no se me ocurre nada mejor a estas horas, -son las seis de la mañana en Perú-, las seguiré llamando igual. Me he levantado hace una hora y media, me muero de sueño y aquí estoy delante del portátil para tratar de contaros que hago despierto a estas horas.

Hace dos días me hablaron de una mujer de Villa Rica a la que han encontrado un cáncer de ovarios con bastante mala pinta. La tienen que operar. Por supuesto aquí no. ¿Dónde? En Huancayo que debe de estar como a unos 8 horas en bus. Vamos, lo que tardaría en ir de Burgos a los carnavales de Cádiz. La pobre mujer no tiene dinero para pagarse los desplazamientos, la operación,... y tampoco, aquí viene el quid de la cuestión, sangre para su operación.

En Villa Rica no hay banco de sangre así que tres de nosotros nos hemos pegado un fenomenal madrugón para irnos hasta el hospital de Huancayo a que nos saquen medio litro de sangre A+, que parece que escasea por estas tierras.

Todo sea por ayudar a esta mujer que dicho sea de paso es bastante informal pues llevamos esperándola casi dos horas. La puntualidad no es el fuerte de los peruanos. Mi paciencia es mayor de lo que yo pensaba.

Ya veis cómo sufre este pueblo que debe pagar por todo y que debe buscar la sangre que le pueda salvar la vida.

Por lo demás todo va bien. Tres de nosotros se han ido a Atalaya a la inauguración del albergue para estudiantes que hemos construido con la financiación del ayuntamiento de Burgos. Ellos os contarán en el blog los detalles de su viaje. Otros dos estamos en Villa Rica con el resto de proyectos.

Os seguiré contando más historias los próximos días y el final de este día dedicado por entero a donar sangre.

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