domingo, 23 de octubre de 2011

TRAGEDIA EN EL ÍNDICO

El día 10 de septiembre, que coincidió con mi llegada a Tanzania, los periódicos, los muchísimos que hay, anunciaban en titulares: “Más de 200 muertos tras el naufragio de un barco con 1000 pasajeros en Zanzíbar”. 

 

Me quedé impresionado y lo primero que pensé fue en la repercusión que la noticia tendría en España, cuántos segundos la dedicarían los telediarios, cuántas líneas los periódicos, cuántas web ahondarían en las causas…Quizá os estáis enterando ahora al leer estas líneas.

 

El Spice Islander I, que así se llamaba el barco, realizaba el trayecto entre Pemba y Unguja, las dos islas más importantes del archipiélago de Zanzíbar muy cercano a las costas de Tanzania.

 

Conocidas mundialmente por sus playas y sus arrecifes de coral, estas islas junto con Tanganica (la parte continental) formaron lo que hoy es Tanzania que, por cierto, cumple ahora 50 años de independencia de los ingleses.

 

El siniestro ocurrió sobre las 3 de la madrugada. Puedo imaginarme un mar embravecido en total oscuridad. En un primer momento las autoridades locales hablaban de 325 personas rescatadas. Alguna de ellas ya dijo hace más de un mes que el barco llevaba más pasaje de lo permitido. 

 

Las webs recordaban que, a pesar de ser una zona muy turística, no había turistas, blancos se entiende, (como si los africanos no pudiesen irse de vacaciones) entre los pasajeros por ser un barco que utilizaban principalmente los locales. Hubiese bastado  un blanco (un españolito de a pie por ejemplo) en el barco para que la repercusión hubiese sido infinita. Lo puedo ver. Tinta y más tinta. Palabras y más palabras. Todo porque no todas las vidas valen lo mismo.

 

El domingo pasado saltó el notición. El periódico donde lo leí dedicaba la portada y poco menos de la mitad de una hoja en el interior. “Peor desastre marítimo en Tanzania.” El barco tenía capacidad solo para 600 pasajeros y 425 toneladas de cargo. Pero no iban 1000 como en un principio se dijo. A 16 de octubre las cifras son sobrecogedoras: 2976 muertos. Se han recuperado  unos 200 cuerpos y poco más de 600 personas rescatadas.

 

Parece ser que el presidente de Zanzíbar, Mohammed Shein, ha formado una comisión para investigar la tragedia. Yo crearía una comisión para investigarle a él. ¡Cómo es posible tamaña disparidad en las cifras! ¿A quién pretendían engañar? ¿Cómo se puede jugar con el sufrimiento de tanta gente? ¿Y las familias? El director de la compañía habla de compensaciones a las familias. Unos puñados de dólares para tranquilizar su conciencia y acallar las débiles voces de la gente que seguirá sufriendo sin que en Europa hablemos de otra cosa del penalti que ayer falló Messi.

 

Solo había 100 chalecos salvavidas. La mayoría de los tanzanos no saben nadar. 

 

En el Titanic murieron 1.512 pasajeros.

martes, 18 de octubre de 2011


ACABAR CON EL HAMBRE, ¿UNA UTOPÍA?
Hoy día 16 es el día de la alimentación. Sara, que es nuestra cocinera no nos ha podido preparar la comida. Me dice que le duele la cabeza. ¿Qué tendrá? No tiene buena cara. De todas maneras, con el embutido que nos trajimos de España y algo más hemos comido tan ricamente. No diré que nos hemos dado el atracón padre pero no ha estado mal.
Donde vivo la mayoría habrán comido ugali, que es lo que comen todos los días por la mañana y por la noche. Quizá, algunos arroz si es que no lo vendieron todo nada más cosecharlo. Algunos habrán tenido unas verduritas y todos habrán tenido agua del río, cuyo color y sabor no deja lugar a dudas: viene muy contaminado y no es nada saludable.
En algunos momentos del año pueden pasar hambre. Lo pasan. Sobre todo en los meses de verano, a partir de diciembre, en la época de la siembra, cuando el arroz ya se ha terminado y no hay mucho dinero para comprar maíz y otras cosas. La naturaleza  tampoco ayuda. El clima es muy seco y por aquí no hay frutales. Ir a por agua al río supone un gran esfuerzo.
La desnutrición, la falta de agua limpia y de saneamiento son la causa última de la mitad de las muertes que se producen en África. No hace falta que os diga que una nutrición adecuada es vital para la formación de un sistema inmunitario, como Dios manda, en los niños y para su desarrollo motor y cognitivo.
En 2011,  casi 1000 millones pasan  hambre en el mundo. 1 de cada 6 personas no tiene con que alimentarse. Cada hora mueren 1000 niños de desnutrición, de una simple diarrea que podría haber sido mejorada con un sobre de sales orales que, ¿cuánto cuesta en España? ¿15 céntimos? ¿No os parece esto UN ESCÁNDALO INSOPORTABLE?

Un mundo que produce alimentos para todos. Hay quien dice que incluso se podría alimentar a más del doble de la población actual. Podemos ser la primera generación que acabe con el hambre en el mundo porque el hambre no es una fatalidad. El hambre no es algo natural, siempre tiene una causa política. Podemos cambiarlo. El hambre tiene solución. Tan solo se necesita voluntad política como la ha habido para sacar a flote a los bancos a los que se enchufó en 2008 en cuestión de meses más de 250.000 millones de $. Se reúne el G8 y ya está. Con una cifra menor se harían muchos avances en la lucha contra el hambre. Con 50.000 millones de $ se podrían conseguir los ODM.  Y esto es muy asumible por los estados.
Estos últimos años en el África Subsahariana el aumento generalizado del precio de los alimentos, las lluvias irregulares, las malas cosechas y la pobreza crónica han contribuido a empeorar la crisis alimentaria. A esto hay que añadir la compra de inmensas superficies de tierra, por parte de multinacionales, para el cultivo de agrocarburantes, que ha obligado a comunidades enteras  a dejar sus pueblos y a quedar hambrientas. Muchos africanos han tenido que vender su ganado, sacar a los niños del colegio e incluso abandonar sus casas para ir en busca de comida.
No os olvidéis de estas gentes. Vivimos en el mismo mundo. Llegaríais donde yo vivo, si hubiese un avión directo, en menos de 7 horas. Estamos muy cerca y debemos sentirnos responsables de lo que les pasa a nuestros hermanos del sur.
Desde Itunundu, donde los restaurantes no abundan, de hecho todavía no he visto ninguno, os mando un abrazo muy fuerte.

miércoles, 12 de octubre de 2011

NACER Y SOBREVIVIR EN ÁFRICA 1


Hace unos días murieron los dos perros que vivían con nosotros. Por precaución, Laiza, un empleado de la Escuela de Capacitación Agraria que lleva la Fundación Agrónomos sin Fronteras en Itunundu, tuvo que ir a Iringa a ponerse la vacuna de la rabia. Ir y volver en bus supone, además de 7000 chelines tanzanos (Tsh.), dedicar todo el día. Estamos a unos 80 km. pero se tarda casi 4 horas en ir y otras 4 en volver.

Cuando Laiza llegó a Iringa le dijeron que no era una dosis sino cinco las que tenían que ponerle. A 30.000 Tsh. la dosis hacen un total de… 150.000 Tsh. ¡Toda una fortuna en Tanzania! Añadid a esto la comida del día. Si Laiza es austero se gastará 3000 Tsh. cada día. Haced una sumas rápidas y cada día le viene a salir a 40.000 Tsh. En 5 días Laiza va a gastar 200.000 Tsh. (¡Cómo este año no doy clase, necesitaba hacer unas cuentecillas para tener frescas las neuronas!) Todo esto si no hay un contratiempo con el autobús y hay que hacer noche en algún lado.

El sueldo de un obrero no cualificado en Tanzania no pasa de los 60.000 Tsh. Gracias a Dios los gastos los han cubierto Agrónomos sin Fronteras, de otra forma Laiza hubiera tenido que dedicar el sueldo de más de tres meses a una simple vacuna o simplemente no se hubiera vacunado.

Según la OMS, más de 2000 millones de personas en el mundo no tienen acceso a los fármacos que necesitan porque, o no pueden comprarlos o no existen en su mercado o existen pero no llegan a las zonas más remotas. Toda esta gente podría sobrevivir a la enfermedad o disfrutar de una vida mejor si tuvieses los medicamentos adecuados en cantidad y en calidad.

Hablando de calidad, también dice la OMS que el comercio de medicamentos falsos sin el principio activo o con él adulterado representa el 10% del comercio mundial de fármacos, lo que provoca más de 200.000 muertes al año en los países pobres. Este negocio encuentra mercado por los precios desorbitados de los medicamentos protegidos por patente que muchos no pueden pagar.

En 2001 se celebró en Doha una cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC) de donde salió una declaración donde 142 gobiernos afirmaban que “los derechos de las personas enfermas están por encima de los derechos de las empresas sobre las patentes”. La propiedad intelectual no debería, en ningún caso, impedir a los países más pobres proteger la salud de su población, de forma que estos tendrían que poder exportar o importar medicamentos genéricos a bajo coste según sus necesidades. Pero parece ser que los gobiernos ricos y las grandes farmacéuticas se pasan estos acuerdos por el arco del triunfo.

No hace falta que os diga que la investigación de nuevos fármacos se centra casi totalmente en los problemas que afectan al mundo desarrollado. Solo el 0,2 % se invierte en enfermedades que afectan a África: malaria, diarreas, tuberculosis, pulmonía,…

Me da vergüenza decir que yo me podré pagar, si lo necesito, cualquier tratamiento. Iré a un hospital privado y me atenderán en caso de malaria o si el agua viene con alguna ameba incorporada. La mayoría de los africanos no pueden decir lo mismo.

El próximo día 16 es el Día Mundial de la Alimentación. Muchos tanzanos pasan hambre. No os olvidéis de estas gentes de África. Un abrazo muy grande para todos los que me acompañáis en la distancia.







domingo, 2 de octubre de 2011

ITUNUNDU, DONDE LA VIDA ES DIFÍCIL 2

Esta semana hará un mes que salí de casa. ¡Cómo se pasa la vida! Un mes viviendo en el sur del planeta, un mes viviendo en el continente olvidado.
Aquí en Tanzania no veo la televisión pero me cuentan que la crisis en España parece que no ve la luz al final del túnel. Recortes por doquier incluidas la educación y la sanidad,… Por estas tierras no saben lo que es eso de la crisis, siempre están en crisis. Algunos datos: 2 médicos por cada 100.000 habitantes, 47 años de esperanza de vida, en primaria 1 docente por cada 58 alumnos, sólo el 1% de la población llega a la universidad. Suficientes, ¿verdad?
Sigo contándoos algunas peripecias que sufren los tanzanos en esta zona donde vivo. A la comarca llegan al menos dos compañías de autobuses desde Iringa, la ciudad más próxima a 80 km. Vienen a tardar unas tres horas y media. Ya supondréis que no hay asfalto así que el viaje es de lo más entretenido. Una de ellas la Upendo (amor en swahili) utiliza un cacharro digno de mención. ¡Cualquier día se desarmará por el camino!
Hace un tiempo el recorrido era Iringa-Mboliboli pero como ya sabéis, si seguís este blog, actualmente el viajero sólo puede llegar hasta Itunundu porque no existe puente sobre el río Little Ruaha. Los habitantes de Mboliboli tienen que apearse en un cruce y recorrer 15 km. a pie hasta su pueblo. Por si fuera poco, estas pobres gentes si necesitan ir al dispensario más grande de la zona, en Kimande, deben recorrer aproximadamente 21 km. El río no es aconsejable cruzarlo y menos estando enfermo.
Si eres un adolescente de Itunundu y puedes ir a la escuela secundaria (muchos chicos tanzanos no tienen esa suerte y su etapa académica se termina tras la primaria por falta de recursos, por no tener buenas notas o por falta de escuela) te toca patearte 8 km. de ida y 8 km. de vuelta todos los días. Si existiera el puente, otra vez el puente, serían solo 4.


¿Qué más contaros? Itunundu y Kimande son el centro económico y social de la comarca. La comunicación con un puente haría que los habitantes de Mboliboli tuviesen acceso a los servicios y al comercio.  Dos veces al mes se realiza entre Kimande e Itunundu un gran mercadillo. El puente permitiría a los de Mboliboli recorrer 4 Km. en vez de los 22 km. actuales.
Y para terminar deciros que el puente permitiría a muchos  agricultores acceder más fácilmente  a la escuela de capacitación agraria y a la cooperativa que la Fundación Agrónomos sin Fronteras tiene en Itunundu, con el desarrollo que eso supondría para muchos de ellos.
Bueno, espero que en no mucho tiempo esto del puente se solucione. Desde Tanzania, desde el corazón de África, os mando a todos los que leáis estas líneas un fuerte abrazo.