¿Cómo resumir en pocas palabras una de las experiencias que seguro será una de las mejores de nuestras vidas? Podríamos comenzar diciendo que afrontamos desde España los meses que nos venían encima con miedo, incertidumbre, emoción y muchas, muchas ganas. Cierto es, igualmente, que lo que no imaginábamos era lo que hemos vivido, un entorno dispuesto a recibirnos con los brazos abiertos.
Hemos pasado el mes de octubre y parte del mes
de noviembre en un colegio público ubicado en un pueblo de la selva central
peruana, concretamente en Villa Rica, cuyos estudiantes cuentan con diferentes
grados de discapacidad y personalidades que los hacen únicos. Asimismo, el
equipo docente del centro está formado por cuatro profesores de los cuales uno
es el director y otra de ellas se dedica a hacer evaluaciones a alumnos de
distintos centros del distrito.
Estamos muy contentas y orgullosas de haber podido disfrutar de diversas vivencias que han hecho que este viaje sea inolvidable. Entre ellas, poder llevar a cabo en un lugar tan diferente a nuestro entorno, tanto las prácticas como el proyecto de fin de grado que queremos defender: Desarrollo de las habilidades sociales y emociones en personas con discapacidad.
Desde España también emprendimos el viaje con la
intención de cumplir otro objetivo y dejar huella en los profesores del centro
aportándoles todos nuestros conocimientos acerca de la lecto-escritura, puesto
que ellos mismos fueron los que hicieron llegar esa petición hasta la ongd
Persona Solidaridad de España. Para ello, cada una de nosotras ha contado con
una clase diferente, donde hemos empleado diferentes técnicas para fomentar el
aprendizaje de lecto-escritura en nuestro respectivo alumnado. Por otra parte,
fue un gran impacto el que recibimos los primeros días de clase debido al
choque cultural y a la falta de experiencia que sentimos en un primer momento.
No obstante, fue algo necesario para darnos cuenta de la realidad que estábamos
viviendo y coger más fuerzas para empezar y finalizar nuestro trabajo con éxito:
aportar a los maestros nuevas técnicas que hicieran posible el aprendizaje de
los alumnos en el mundo de las letras.
Una vez nos proponemos un objetivo en la vida, lo
importante es buscar la mejor alternativa para conseguirlo. Es evidente que los
docentes que estaban en nuestras respectivas aulas han sido una pieza clave a
lo largo de este camino. No obstante, hemos vivido realidades diferentes en
cuanto al apoyo recibido por los mismos.
Como ya hemos mencionado resaltamos que ha sido una
experiencia única e inolvidable y esperamos que aventuras como ésta puedan ser
vivenciadas por muchas más personas. Por lo comentado, esperamos que las distintas
asociaciones, ongs y universidades del mundo, sigan brindando la oportunidad de
conocer nuevos horizontes a las personas con ganas de aprender y aportar su
granito de arena en los lugares que más los necesiten. De esta forma, podrán aprender
y crecer tanto en el ámbito profesional como personal. Animamos a todos los
jóvenes del mundo a conocer nuevas culturas y horizontes para poder aprender de
ello todo lo que puedan. Acordaos que un destino no es únicamente un lugar sino
una nueva forma de ver las cosas.
Gracias a todas las personas que han hecho de nuestro
viaje algo inolvidable, ¡esperamos volver pronto!