domingo, 13 de diciembre de 2015

Un viaje de los que deja huella


¿Cómo resumir en pocas palabras una de las experiencias que seguro será una de las mejores de nuestras vidas? Podríamos comenzar diciendo que afrontamos desde España los meses que nos venían encima con miedo, incertidumbre, emoción y muchas, muchas ganas. Cierto es, igualmente, que lo que no imaginábamos era lo que hemos vivido, un entorno dispuesto a recibirnos con los brazos abiertos.

Hemos pasado el mes de octubre y parte del mes de noviembre en un colegio público ubicado en un pueblo de la selva central peruana, concretamente en Villa Rica, cuyos estudiantes cuentan con diferentes grados de discapacidad y personalidades que los hacen únicos. Asimismo, el equipo docente del centro está formado por cuatro profesores de los cuales uno es el director y otra de ellas se dedica a hacer evaluaciones a alumnos de distintos centros del distrito.

Estamos muy contentas y orgullosas de haber podido disfrutar de diversas vivencias que han hecho que este viaje sea inolvidable. Entre ellas, poder llevar a cabo en un lugar tan diferente a nuestro entorno, tanto las prácticas como el proyecto de fin de grado que queremos defender: Desarrollo de las habilidades sociales  y emociones en personas con discapacidad. 

Desde España también emprendimos el viaje con la intención de cumplir otro objetivo y dejar huella en los profesores del centro aportándoles todos nuestros conocimientos acerca de la lecto-escritura, puesto que ellos mismos fueron los que hicieron llegar esa petición hasta la ongd Persona Solidaridad de España. Para ello, cada una de nosotras ha contado con una clase diferente, donde hemos empleado diferentes técnicas para fomentar el aprendizaje de lecto-escritura en nuestro respectivo alumnado. Por otra parte, fue un gran impacto el que recibimos los primeros días de clase debido al choque cultural y a la falta de experiencia que sentimos en un primer momento. No obstante, fue algo necesario para darnos cuenta de la realidad que estábamos viviendo y coger más fuerzas para empezar y finalizar nuestro trabajo con éxito: aportar a los maestros nuevas técnicas que hicieran posible el aprendizaje de los alumnos en el mundo de las letras. 

Una vez nos proponemos un objetivo en la vida, lo importante es buscar la mejor alternativa para conseguirlo. Es evidente que los docentes que estaban en nuestras respectivas aulas han sido una pieza clave a lo largo de este camino. No obstante, hemos vivido realidades diferentes en cuanto al apoyo recibido por los mismos. 

Como ya hemos mencionado resaltamos que ha sido una experiencia única e inolvidable y esperamos que aventuras como ésta puedan ser vivenciadas por muchas más personas. Por lo comentado, esperamos que las distintas asociaciones, ongs y universidades del mundo, sigan brindando la oportunidad de conocer nuevos horizontes a las personas con ganas de aprender y aportar su granito de arena en los lugares que más los necesiten. De esta forma, podrán aprender y crecer tanto en el ámbito profesional como personal. Animamos a todos los jóvenes del mundo a conocer nuevas culturas y horizontes para poder aprender de ello todo lo que puedan. Acordaos que un destino no es únicamente un lugar sino una nueva forma de ver las cosas.

Gracias a todas las personas que han hecho de nuestro viaje algo inolvidable, ¡esperamos volver pronto!

domingo, 1 de noviembre de 2015

Lusulu







Lusulu, es nuestro último proyecto.

Lusulu está en Zimbabwe, en una zona rural, en la región de Matabeleland North, en la provincia de Binga.




El proyecto está en sus inicios. Ya contamos con fondos de Cáritas Burgos y de la Diputación. La ongd Persona Solidaridad también ha aportado su granito de arena. Estamos a la espera de la respuesta final de Manos Unidas. Con su ayuda el proyecto por fin podrá ser una realidad en unos meses.

Lusulu quiere ser un Centro Comunitario en la misión donde da su vida el misionero burgalés Luis Carlos Rilova.






 Trabajos de limpieza




                             Misión y tanque para el agua





Baños








El proyecto pretende promover el empoderamiento de las comunidades de la región de Lusulu mediante la formación integral de las personas que las forman.

La formación y el fomento de las comunidades requiere de espacios comunes abiertos a las actividades y programas formativos y sociale.

Se plantea  la construcción de un Centro Comunitario Multiusos en la Misión de Lusulu abierto a la comunidad, ofreciendo también las instalaciones a las instituciones y ONGs que trabajan en la zona de Lusulu.

Servirá como lugar de reuniones, charlas, conferencias, encuentros y convivencias, congresos, cursos de formación y actividades de capacitación. 

Os seguiremos informando.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Prácticas universitarias a 9353 km de Burgos



Aquí os paso el artículo de Nahia y Eduardo, que llevan más de un mes haciendo sus pràcticas universitarias en Villa Rica, gracias al convenio de la UBU con la ongd Persona Solidaridad.


9353 km son los que separan Villa Rica (Perú) de Burgos. Esa distancia es la que han recorrido Nahia Irigoyen y Eduardo Costalago para finalizar sus estudios de Grado de Maestro en Educación Primaria con mención en Educación Especial de la Universidad de Burgos.

Para que esta oportunidad se haya podido llevar a cabo ha sido necesario mucho trabajo y sobre todo un convenio entre la Universidad de Burgos y la ONGD burgalesa “Persona Solidaridad”, que lleva más de una década desarrollando sus proyectos en la zona.

El pasado 27 de Agosto estos dos estudiantes cogían un avión con destino Lima, con su mochila cargada de ganas e ilusión. Tras 12 horas de vuelo y conocer el centro histórico, se subieron a bordo de un autobús para recorrer poco mas de 350 km, eso sí, más de 11 horas de viaje, que incluye cruzar los andes, pasando por un puerto a 4818m. Su destino fue Villa Rica, un pueblecito de la selva central peruana que a partir de ese momento se iba a convertir en su casa y donde están desarrollando su periodo de Practicum II, en la escuela de educación especial Moisés Hassinger Cruz.

El proyecto didáctico basado en la lectoescritura que han elaborado, tendrá una duración de tres meses, dividida en dos partes. La primera parte la están llevando a cabo Nahia y Eduardo, y la segunda será desarrollada por Alba y Leire, otras dos alumnas de la Universidad de Burgos, que en estos momentos están viajando hacía Villa Rica. De esta forma, se pretende satisfacer las necesidades que planteaba el centro educativo a la ONGD. 

El centro educativo cuenta con tres aulas, lo que en Perú se conoce como salones. En ellas se encuentran un total de 23 alumnos, divididos por edades. La mayoría de ellos presenta una discapacidad leve o moderada, excepto dos que tienen un grado de discapacidad severo. 

Desde el primer momento una de las cosas que más les llamo la atención fue el respeto y cariño que todos los alumnos mostraban por los docentes y entre ellos. Tanto a la llegada como a la salida, cada alumno saluda respetuosamente a todos los profesores del centro.

Durante la primera semana en el colegio, se centraron en observar la forma de trabajar de los maestros del centro. Posteriormente desarrollaron una dinámica de educación vial con la elaboración de una maqueta a tamaño real, permitiendo a los alumnos convertirse en coches y peatones. Y durante el resto de la estancia, han continuado desarrollando el proyecto de lectoescritura acorde a la programación didáctica del centro. 

Además han colaborado con otra serie de proyectos de la ONGD en la zona: actividades lúdicas con las chicas del internado del colegio “El Rosario”, apoyo a la asociación de discapacitados ADISVIR, participación en una marcha por la juventud y han conocido los diferentes proyectos en funcionamiento. 

Estos chicos no solo han trabajado, también han tenido tiempo para visitar los rincones más bellos de Villa Rica y otros de ciudades próximas de la selva peruana, adaptándose y conociendo de primera mano las tradiciones culturales de dichos lugares. 


En esta experiencia hay muchos agentes determinantes, el centro educativo, los alumnos, el pueblo, la sociedad, etc. pero lo que más ha enriquecido a estos dos estudiantes ha sido alojarse y compartir muchos momentos con una familia peruana, donde han podido descubrir la gastronomía, costumbres y un sinfín de conversaciones en torno a la historia y situación del país.

lunes, 21 de septiembre de 2015

UNAS VACACIONES DIFERENTES


Aquí os paso el artículo de María José, una de las voluntarias que este mes de julio estuvo en Villa Rica, en Perú, con la ongd Persona Solidaridad.


Gracias a la ONG Persona Solidaridad este año he podido vivir unas vacaciones diferentes: la experiencia de colaborar como voluntaria en otro país. Concretamente en el pueblo de Villa Rica, en la provincia de Oxapampa en Perú.

Cuando pensamos en vacaciones probablemente lo primero que acude a nuestra mente es descanso y relax. El resto del año estamos muy ocupados con nuestros trabajos, con nuestros problemas cotidianos y lo que más ansiamos son esos días que nos alejan de nuestra rutina y nos acercan a algún destino donde descansar de nuestra ajetreada vida. Es nuestra realidad de primer mundo. Pero existen otros mundos, existen otras realidades muy distintas. Otras realidades donde las vacaciones simplemente no existen, donde lo que nosotros consideramos cotidiano supone un lujo; donde necesitan ayuda para poder acceder a la educación, para tener una vivienda digna e incluso para poder alimentar a sus hijos. Esta idea llevaba ya bastante tiempo dándome vueltas en la cabeza.

A través de un amigo conocí a la gente de la ONG Persona Solidaridad. Me contaron sus proyectos en Perú y África y de repente vi claro que era la oportunidad perfecta de aprovechar mis vacaciones ayudando a quienes más lo necesitaban y de conocer de primera mano esas otras realidades.
    
A primeros de año, como unas vacaciones bien planificadas, comenzó la organización del viaje. Después de  Semana Santa ya estaban concretados el destino, el equipo y las fechas: Juanje, Jose, Inma y yo iríamos a Perú en julio.

El viaje fue largo y un poco pesado. Después de doce horas  de vuelo y  pasar todo el día en Lima, nos metimos nueve horas de autocar para, por fin, llegar a Villa Rica. No es un destino turístico de Perú, pero tiene unos paisajes muy bonitos al estar situado en la Selva Central. Es un pueblo grande, lleno de contrastes y desorden, donde convive gente que tiene mucho con la que no tiene prácticamente nada. La clase media prácticamente no existe. Esto inevitablemente implicaba que habría mucho trabajo por realizar.

Nuestra tarea se centró en las niñas del Internado “Ana Mogas” y en los niños del colegio de educación especial “Moisés Hassinger Cruz”, ya que la ONG tiene actualmente proyectos con ellos. También colaboramos con grupos de jóvenes de la parroquia. Tanto las niñas del internado como los niños con síndrome de Down tienen una realidad y unas historias muy duras a pesar de lo pequeños que son. Muchos no conocen a sus padres, las madres los tienen que dejar solos o con las abuelas porque se tienen que ir a trabajar y la comida más decente del día la reciben en el centro. Lo que más me impresionó fueron las ganas que tienen de seguir adelante, de no estancarse y, sobre todo, lo agradecidos que son.
Realizamos actividades con los grupos, les llevamos a hacer una pequeña ruta y tuvimos una pequeña fiesta. Les pintamos las caras, hicimos pompas gigantes de jabón, cantaron, bailaron… ¡lo pasamos genial! No tengo palabras para describir sus caras de alegría y felicidad. Según estoy escribiendo esto, se me dibuja una sonrisa enorme en mi cara y se alegra mi alma al recordar esos momentos.

No todo fue trabajo. También tuvimos nuestros paseos por la selva y pudimos disfrutar de unas cascadas preciosas y de unos paisajes espectaculares. Vimos unas orquídeas increíbles. Realmente no sé por qué no hay más turismo en esta zona de Perú dónde hay tantas cosas, y tan bonitas, por descubrir.

También estuvimos acompañando a algunos ancianos. Viven solos, en condiciones muy precarias, de extrema pobreza y con mucha falta de afecto; en unos “cuartos” que son cuatro tablas mal puestas por donde entra el aire, el frio y el agua. En la temporada de lluvias debe  ser horrible. Tienen una especie de cama y poco más. Sin agua corriente dentro del cuarto y mucho menos saneamiento… Mucha de esta gente tampoco tiene electricidad.  ¡Yo no he visto nada igual en mi vida! Creo que las chabolas de nuestro primer mundo están muy por encima de esos cuartos.

Hay que estar allí, conocer esa pobreza, sentirla y escuchar las historias de vidas tan difíciles para poder apreciar cuánto podemos ayudarles. La labor que ONGs como Persona Solidaridad realizan ya da sus frutos pero aún falta mucho por hacer. Nuevos proyectos sociales y educativos con Cáritas de aquella zona y la colaboración de alumnos de la UBU con el colegio de educación especial son una buena muestra.

A lo largo de los días, conocí gente muy acogedora y hospitalaria que me abrió las puertas de sus casas, compartieron sus historias y me invitaron a comer sus comidas típicas. Me llamó mucho la atención “la pachamanca”, que significa olla en la tierra, ese plato para ocasiones especiales en el que cocinan carnes de vaca, de cerdo, pollo y una variedad de  tubérculos bajo tierra y que es anterior al imperio Inca. La verdad es que todo me llamaba la atención porque allí todo es diferente: el transporte, las tiendas, las casas….

Yo no sé si les he podido ayudar en algo, lo que si tengo claro es que ellos me han ayudado a ver las cosas de manera distinta, a apreciar cada día, a dar gracias a Dios por todo lo que tengo, a valorar mi vida y la ajena, la comida que cada día tengo en mi plato, a mi  familia…
Han sido unas vacaciones DIFERENTES, con mayúsculas. El descanso y el relax no han sido sus características principales pero a cambio he podido conocer una de esas otras realidades, con sus gentes, su cultura y sus historias y he recibido toneladas de cariño compartiendo momentos inolvidables. No tengo más que palabras de agradecimiento por este viaje que ha dejado en mí un recuerdo imborrable.