Aquí os paso el artículo de Nahia y Eduardo, que llevan más de un mes haciendo sus pràcticas universitarias en Villa Rica, gracias al convenio de la UBU con la ongd Persona Solidaridad.
9353 km son los que separan Villa
Rica (Perú) de Burgos. Esa distancia es la que han recorrido Nahia Irigoyen y
Eduardo Costalago para finalizar sus estudios de Grado de Maestro en Educación
Primaria con mención en Educación Especial de la Universidad de Burgos.
Para que esta oportunidad se haya
podido llevar a cabo ha sido necesario mucho trabajo y sobre todo un convenio
entre la Universidad de Burgos y la ONGD burgalesa “Persona Solidaridad”, que
lleva más de una década desarrollando sus proyectos en la zona.
El pasado 27 de Agosto estos dos
estudiantes cogían un avión con destino Lima, con su mochila cargada de ganas e
ilusión. Tras 12 horas de vuelo y conocer el centro histórico, se subieron a
bordo de un autobús para recorrer poco mas de 350 km, eso sí, más de 11 horas de
viaje, que incluye cruzar los andes, pasando por un puerto a 4818m. Su destino fue
Villa Rica, un pueblecito de la selva central peruana que a partir de ese
momento se iba a convertir en su casa y donde están desarrollando su periodo de
Practicum II, en la escuela de educación especial Moisés Hassinger Cruz.
El proyecto didáctico basado en
la lectoescritura que han elaborado, tendrá una duración de tres meses,
dividida en dos partes. La primera parte la están llevando a cabo Nahia y
Eduardo, y la segunda será desarrollada por Alba y Leire, otras dos alumnas de
la Universidad de Burgos, que en estos momentos están viajando hacía Villa
Rica. De esta forma, se pretende satisfacer las necesidades que planteaba el
centro educativo a la ONGD.
El centro educativo cuenta con
tres aulas, lo que en Perú se conoce como salones. En ellas se encuentran un
total de 23 alumnos, divididos por edades. La mayoría de ellos presenta una
discapacidad leve o moderada, excepto dos que tienen un grado de discapacidad severo.
Desde el primer momento una de
las cosas que más les llamo la atención fue el respeto y cariño que todos los
alumnos mostraban por los docentes y entre ellos. Tanto a la llegada como a la
salida, cada alumno saluda respetuosamente a todos los profesores del centro.
Durante la primera semana en el
colegio, se centraron en observar la forma de trabajar de los maestros del
centro. Posteriormente desarrollaron una dinámica de educación vial con la
elaboración de una maqueta a tamaño real, permitiendo a los alumnos convertirse
en coches y peatones. Y durante el resto de la estancia, han continuado desarrollando
el proyecto de lectoescritura acorde a la programación didáctica del centro.
Además han colaborado con otra
serie de proyectos de la ONGD en la zona: actividades lúdicas con las chicas
del internado del colegio “El Rosario”, apoyo a la asociación de discapacitados
ADISVIR, participación en una marcha por la juventud y han conocido los
diferentes proyectos en funcionamiento.
Estos chicos no solo han
trabajado, también han tenido tiempo para visitar los rincones más bellos de
Villa Rica y otros de ciudades próximas de la selva peruana, adaptándose y conociendo
de primera mano las tradiciones culturales de dichos lugares.
En esta experiencia hay muchos
agentes determinantes, el centro educativo, los alumnos, el pueblo, la
sociedad, etc. pero lo que más ha enriquecido a estos dos estudiantes ha sido
alojarse y compartir muchos momentos con una familia peruana, donde han podido
descubrir la gastronomía, costumbres y un sinfín de conversaciones en torno a
la historia y situación del país.
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