domingo, 18 de diciembre de 2011



Estas Navidades y siempre, ALÉGRENSE…
1. La gente de bien.
2. Los que son sencillos.
3. Los “nadies”.
4. Los discapacitados.
5. Los enfermos.
6. Los excluidos.
7. Los inmigrantes.
8. Los perseguidos.
9. Los que abrazan con fuerza.
10. Los que cantan con alma.
11. Los que comen todos los días lo mismo.
12. Los que no tienen que comer.
13. Los que confían.
14. Los que construyen la verdad.
15. Los que creen en los demás.
16. Los que disfrutan como los niños.
17. Los que duermen en el suelo.
18. Los que en la cena de Navidad acogerán a un inmigrante en su casa.
19. Los que gastan la vida por los demás.
20. Los que habitan en los basureros.
21. Los que lloran.
22. Los que no acumulan bienestar.
23. Los que no atesoran.
24. Los que no beben agua limpia.
25. Los que no buscan el poder.
26. Los que no están acomodados en su casa.
27. Los que no tienen un corazón de piedra.
28. Los que no tienen una vivienda digna.
29. Los que quieren hacer un mundo más justo.
30. Los que quieren siempre dialogar.
31. Los que saben ceder.
32. Los que saben perder el tiempo con un amigo.
33. Los que se confunden.
34. Los que se dejan por otros la piel.
35. Los que se fían.
36. Los que siempre tienen una palabra amable.
37. Los que sueñan un mundo al revés.
38. Los que sufren la soledad.
39. Los que tienen detalles.
40. Los justos.
41. Los que creen que otro mundo es posible.
42. Los que tienen dudas o tienen fe.
43. Los austeros.
44. Los que tienen siempre una amplia sonrisa en la boca.
45. Los que tienen una casa en la que caben todos.
46. Los que celebran la Navidad todos los días del año.
47. Los voluntarios si son solidarios.
48. Aquellos para los que la Navidad no conoce fechas límite, ni campañas de marketing ni vigencias estacionales.
49. Los que ayudan a vivir.
50. Los que quieren una feliz Navidad para todo el mundo.


FELIZ Y SOLIDARIA NAVIDAD PARA TODOS.


miércoles, 14 de diciembre de 2011

UNA ESCUELA PRIMARIA EN ÁFRICA


Estos días hemos terminado de preparar, junto con los expatriados de la Fundación Agrónomos sin Fronteras, un pequeño proyecto para mejorar una escuela primaria. Se llevará a cabo en la aldea de Ihanzutwa en la región de Iringa, al sur de Tanzania. Con 1061 habitantes es éste uno de los lugares más deprimidos del país.



En Ihanzutwa los encargados del campo y del ganado son los hijos y la mujer y aunque es un pueblecito muy pequeño hay 86 niños huérfanos. El sida y otras enfermedades han causado estragos. La dedicación principal de sus habitantes es el trabajo de sus campos. Todos ellos tienen un campo que cultivar, y todos cultivan maíz y judías porque es lo que comen todos los días. Los habitantes de Ihanzutwa tienen acceso al agua gracias a 6 pozos distribuidos por todo el pueblo y disponen de un dispensario de atención primaria que se construyó hace 4 años con financiación española.


La Escuela Primaria se construyó en 1976 y en la actualidad cuenta con 243 alumnos. Tiene 7 clases (la primaria en Tanzania dura 7 años) pero sólo 6 profesores. El material escolar es casi inexistente, unos 3 libros por cada 40 alumnos. No hay biblioteca y las aulas y los baños están en una situación muy precaria.
Este año han contado con una ayuda gubernamental de 65.000 Tsh., que equivalen a menos de 30 €. Los niños pagan una cuota anual de 1000 Tsh. (0,50 €) para el cultivo de maíz en una finca de 5 acres (unas 2 ha.). Lo poco que sacan lo utilizan para comprar algún material escolar (bolis, cuadernos, tizas,…). Un profesor de primaria gana en Tanzania entre 180.000-200.000 Tsh. (aprox. 85 €). La escuela no dispone de electricidad pero muchos niños deben acudir por la tarde para realizar exámenes o a recibir clases extra.

Queremos mejorar esta realidad que se repite a lo largo de todo el continente. Apostamos por una educación de calidad como elemento transformador y de desarrollo. Pretendemos que todos los niños dispongan de libros e implementando una biblioteca y mejorando las desastrosas aulas queremos la misma dignidad para ellos que la que tienen nuestros niños españoles.


Si quieres colaborar económicamente o tener más datos no dudes en pedirnos el proyecto (informacion@personasolidaridad.org o juanjesus_circulo@hotmail.com).


Gracias por ayudar a vivir esta Navidad y siempre. Desde Tanzania os mando un abrazo muy fuerte.

domingo, 11 de diciembre de 2011





VOLUNTARIOS
Son cosas chiquitas. No acaban con la pobreza, no nos sacan del subdesarrollo, no socializan los medios de producción y de cambio, no expropian las cuevas de Alí Babá. Pero quizá desencadenen la alegría de hacer, y la traduzcan en actos. Y al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable. (Eduardo Galeano).

El pasado lunes fue el Día Internacional del Voluntariado y yo me alegro enormemente de que haya miles de personas en España que actúan desinteresada, responsable y gratuitamente en acciones organizadas en beneficio de la comunidad y con una voluntad clara de servir.

Todos los años al principio de curso invito a mis alumnos mayores a realizar alguna labor social como voluntarios. Me encuentro, principalmente entre las chicas, una gran acogida incrementada cuando les llevo a visitar alguna institución donde podrían realizar su actividad. Muchas quieren empezar ese mismo día pero enseguida pienso que se puede querer ayudar con las mejores intenciones del mundo pero los resultados ser desastrosos así que les digo que se lo recordaré 15 días más tarde. La segunda vez el entusiasmo ha decrecido y al final, unos poquitos se embarcan en esta aventura. Y es que unas actitudes adecuadas son imprescindibles para la mejor realización de un trabajo voluntario: por supuesto una cierta madurez, un respeto total al otro, un compromiso serio, paciencia, constancia, servicio, amabilidad, capacidad de ponerse en el lugar del otro, tener una opción clara por los más débiles y, claro está, una buena coordinación con la institución que te acoge. Seguro que a vosotros se os ocurren más para que las cosas vayan bien.

Conozco mucha gente voluntaria y estoy completamente seguro de su buen hacer y del tiempo de calidad que dedican para hacer este mundo un poco más humano pero qué mejor, para aprender, que hacer un poco de autocrítica.

He estado leyendo un artículo de Ian Birrel en The Guardian donde se habla del fenómeno del turismo de voluntarios a corto plazo. Gente que quiere “hacer solidaridad” en algún país poco desarrollado, puntualmente y sin ningún tipo de preparación. El informe es demoledor y revela que este tipo de acciones hacen más daño que bien.

No dudo de que el que así actúa lo haga con unas intenciones plausibles pero desde el punto de vista de los pobres, de los que van a recibir la ayuda, puede llegar a ser contraproducente para su desarrollo.

Por estas zonas de Tanzania se ven muchos tiernos infantes, con apenas 18 añitos, dispuestos a pasar una temporada lejos de casa. Algunos países promueven que tras acabar la secundaria y antes de entrar en la universidad pases un año de tu vida en un país empobrecido. La verdad es que con el nivel de madurez del joven europeo es como para echarse a temblar. Sin ninguna formación específica, en muchas ocasiones son más un estorbo que una ayuda pues las organizaciones tienen que dedicar muchas energías a su atención.

Leo en el blog de José Carlos Rodríguez y Alberto Eisman, que os recomiendo vivamente (http://blogs.periodistadigital.com/enclavedeafrica.php) que muchos de los alemanes que llegan a Uganda son gente despreocupada, más inclinada a buscar los sitios de moda donde se pueda beber barato, ligar y disfrutar de buena música que a “perder” tiempo con locales que hablan otra lengua en un barrio marginal. Se pueden tener las mejores y más nobles intenciones de ayudar, pero la realidad resultante puede ser funesta si alguien viene a África con las prioridades descolocadas, queriendo vivir experiencias “fuertes” en el menos tiempo posible, ignorando la cultura local o sin pensar cuáles son las consecuencias de nuestra “ayuda” a largo plazo para las personas a las que decimos asistir.

Hace muchos años visité Gambia en un viaje organizado por una ong canaria. Aquella experiencia tan extravagante que viví me marcó y me enseñó algunas cosas en las que no debía caer. Este tipo de viajes, mitad aventura, mitad solidaridad, están pensados para la gente de nuestro mundo que quiere lavar su conciencia sin cambiar para nada su estilo de vivir. El pobre, perdonad que lo diga así, es un monito al que arrojar camisetas desde un camión. Es alguien que quizá me afecta durante unos minutos pero que deja de preocuparme apenas monto en el avión de vuelta. Estas pildoritas de solidaridad, como dice A. Eisman, nos dan un tranquilizador chute de buenismo, para después seguir viviendo en el egoísta y frenético ritmo occidental que por supuesto no estamos dispuestos a cambiar.

No sé si os acordáis del lema de Manos Unidas de hace unos años “cambia tu vida para cambiar el mundo”. Ésta me parece la clave para ser un buen voluntario. Queremos cambiar la sociedad, hacerla más justa, más humana. Queremos ser agentes transformadores, críticos, pero esto nos exige empezar por nosotros mismos, cuestionándonos nuestros hábitos de consumo, nuestra forma de vivir. Me parece que, hoy, ser austero es ser solidario. Se es voluntario en todos los momentos del día porque el voluntariado es una forma de entender la vida.


Mucho ánimo en vuestra labor solidaria, en vuestra tarea voluntaria. ¡Felicidades Voluntarios!

domingo, 4 de diciembre de 2011

CARTA ABIERTA A MIS EXALUMNOS


Hola a todos:

¿Qué tal estáis? Imagino que estudiando un poco más que de costumbre para los exámenes que se avecinan. ¿Cómo va el año? Espero que lo estéis tomando en serio. No hace falta que os recuerde que si sacáis la ESO, con el título en vuestras manos podréis empezar algo que os guste y a lo que, probablemente, podréis dedicaros en el futuro.

No quiero ser un chapas así que os contaré lo que tienen que luchar, en el lugar donde me encuentro, los jóvenes de vuestra edad. Y espero que con esta carta entendáis un poco, porque me he venido tan lejos durante un año de mi vida.

Lo primero que os diré es que aquí, en Pawaga, las condiciones son duras. Aprieta el calor durante todo el año y esto no invita al estudio. Además muchos chavales, por las tardes, tienen que ir a estudiar a la escuela porque es de los pocos sitios con luz. Y aquí es de noche a las 6 de la tarde.
Los niños no van a la escuela hasta que tienen 6 años. Cuando mejor se aprende ellos no pueden hacerlo. En las zonas rurales no suelen existir escuelas de educación infantil.



Después empiezan los 7 años de educación primaria. En teoría es obligatoria pero cuando caminas por los pueblos por las mañanas te encuentras muchos niños y niñas que no han ido ese día porque tienen que ayudar en casa o simplemente la escuela les pilla a varios kilómetros. Para que os hagáis una idea los libros que utiliza un niño de 7º de primaria pueden costar unos 55.000 chelines, al cambio unos 25 €, que es lo que ganan al mes muchas personas trabajando 8 horas al día, 6 días a la semana. Así que ya os imagináis que en muchas escuelas no hay ni un solo libro y los niños y las niñas tienen que aprender con lo que cuenta el profe en la pizarra. Si tienen suerte podrán compartir un libro entre 3 o 4.

Cuando visito alguna escuela me encuentro que en cada aula puede llegar a haber más de 60 alumnos. ¡Así es difícil aprender! Aún así van a la escuela con muchísima ilusión pues saben que estudiar es la única forma que tienen para salir de la pobreza y desarrollar su país. Y hacen un montón de sacrificios , llegando a andar incluso horas para llegar a la escuela más próxima y esto sin probar bocado durante toda la mañana.

Si, a pesar de estas trabas, terminan la primaria se encontrarán nuevas dificultades para continuar en secundaria. Quizá no haya una en la zona donde viven o quizá sí pero su familia no posea el suficiente dinero para pagar las tasas, los gastos de uniforme y de libros. En secundaria todas las clases son en inglés pero ellos solo hablan swahili así que o espabilas o, al principio, no te enteras de nada. También puede ser que en primaria tus notas no hayan sido muy buenas y el gobierno entonces te dirá que en la secundaria más cercana no hay plaza para ti y por lo tanto tu única salida será coger la azada.

A las universidades llegan muy pocos y casi siempre de las clases más altas. Puedes tener suerte y quizá alguna ong o unos misioneros hayan creado cerca de tu casa una escuela de formación profesional. Entonces podrás estudiar costura, mecánica, carpintería,… Aún así, cuando termines tendrás que luchar un montón para conseguir curro porque por estas tierras, como en España, también escasea el trabajo.


Vaya panorama más desalentador, pensaréis. Pues es así. No he exagerado nada. Sois afortunados. Si hubieseis nacido 1000 km al sur de donde lo hicisteis ahora estaríais pasando por todo lo que os acabo de contar.

Ya veis que aquí la gente de vuestra edad tiene otras preocupaciones. Cuando se levanta lo primero es dedicar más de una hora a ir a por más de 20 litros de agua y llevarla a casa para lavarse, preparar un té, cocinar, beber,… Cuanto antes hay que trabajar, hay que ayudar a la familia a salir adelante. Apenas hay tiempo de ocio. ¿Cuántas cosas dejaríamos de hacer sin luz en nuestras casas?

Con todo, merece la pena vivir aquí y aprender a disfrutar de las cosas sencillas, dar más importancia a las personas que a las cosas y darse cuenta de que otro mundo más justo, donde todos vivamos con unas condiciones dignas, es posible.

Nada más. Espero vuestra respuesta. Ojalá os vaya muy bien en los estudios y en vuestra vida. Sed agradecidos por todas las cosas buenas que disfrutáis y de las que aquí carecen. Y no se os olvide encontrar algún rato para hacer algo por los demás.

Desde Tanzania, desde este lugar tan pobre y a la vez tan hermoso por las gentes que lo habitan, os mando un abrazo muy grande: juanje


juanjesus_circulo@hotmail.com