domingo, 1 de agosto de 2010

Perú te enseña a vivir

Como otros años hemos enviado al Diario de Burgos un artículo contando lo que vivimos y aprendemos en estas tierras Os lo presentamos aquí en primicia.

Como cada año, desde hace ya un tiempo la ONG Persona Solidaridad viene a Perú con la intención de prestar su apoyo, su energía y vitalidad en una pequeña población situada en el interior del país llamada Villa Rica.

Los voluntarios que por primera vez llegábamos fuimos recibidos por una Lima gris y bulliciosa y unos Andes inabarcables que atravesamos impresionados hasta que por fin, tras más de doce horas de viaje por sus carreteras, conseguimos ver Villa Rica.

Tras unos días de trabajo, parte del equipo inició un apasionante viaje hasta Atalaya, localidad perteneciente a la cuenca amazónica. Nuestro medio de transporte para alcanzar Atalaya fue una barcaza que durante más de siete horas navegó sobre las aguas del majestuoso río Tambo. A lo largo de su curso pudimos contemplar el exuberante paisaje de la selva baja, cada vez más profunda y desbordante. Pequeñas comunidades de indígenas nativos se sucedían en sus riberas, hombres pescando en pequeñas canoas, mujeres con niños lavando la ropa…íbamos descubriendo una forma diferente de vivir.

Una de estas comunidades, Cheni, nos acogió hospitalariamente durante una noche. De allí nos llevamos como recuerdo la paz y la tranquilidad de sus gentes y la espectacularidad de una naturaleza apabullante.

Tras este inolvidable alto en el camino continuamos nuestro viaje a Atalaya, una ciudad llena de calma que se preparaba para celebrar sus fiestas patrias. En Atalaya la ONG Persona Solidaridad colabora en la construcción de uno de los albergues de la universidad de Nopoki, en los que se alojan los estudiantes procedentes de las comunidades nativas del entorno, principalmente asheninkas, ashaninkas y shipibos. Muchos de sus chicos y chicas provienen de los pueblos que surcan los ríos Tambo y Urubamba. Tras aprobar su examen de admisión y ser evaluados en su propia lengua con maestros bilingües de la zona, entran a formar parte de un proyecto académico y social que apuesta por el fomento y desarrollo de sus pueblos.

Después de pasar unos días en Atalaya, regresamos a Villa Rica para seguir dando nuestro apoyo y continuar aprendiendo.

Corsino, Dominga, Pedro, Luisa…son ancianos de más de ochenta años que viven solos y siguen trabajando en la recogida del café para poder comer un poco de yuca diariamente. Nos recibieron en sus casas, apenas cuatro tablas y un colchón en el que descansar; a pesar de todo ese era su hogar y con ellos pudimos compartir momentos llenos de afecto y calor humano.

Paulina nos dio una lección de dignidad. Una mujer trabajadora y emprendedora que se ha esforzado toda la vida para sacar adelante a sus tres hijos. Además, como presidenta de la Junta Vecinal del cerrito San Francisco de Villa Rica se preocupa por mejorar las condiciones de este pequeño y marginado barrio en el que poco a poco va llegando la luz eléctrica y el agua. Desde la ONG se realiza en estos momentos un proyecto de viviendas saludables que pretende mejorar la higiene y alimentación de este lugar.

Todos ellos y muchos más son verdaderos maestros de lucha y resistencia, de lo que supone mantener la esperanza de comenzar un nuevo día.

Uno de los mensajes que se intenta transmitir desde Persona Solidaridad es “vivir es ayudar a vivir” y Perú te enseña a vivir.


1 comentario:

Rafa dijo...

Ánimo en esa tarea de compartir vida en el corazón del Perú. Que estéis muy abiertos para acoger los "tesoros" que ellos poseen y para ofrecerles vuestra mano amiga que les permita seguir construyendo esperanza. Que intentéis ser bendición del Buen Dios para ellos y que os empapéis de ellos como bendición del Dios Amor. En el contexto del año santo compostelano: ULTREIA ET SUSEIA, DEUS ADIUVAT! que podríamos traducir libremente de la siguiente manera: hay que seguir adelante y mirando hacia lo alto porque Dios ayuda.