sábado, 21 de abril de 2012

25 de abril: DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA MALARIA

Un empleado de la Fundación en el Programa Pawaga, que es donde realizo mi voluntariado, tuvo malaria hace unas semanas y estuvo 15 días sin trabajar. Le tuvieron que llevar a Iringa porque aquí no se curaba. 100.000 Tsh., unos 50 € (su sueldo es de unos 65.000 Tsh.) han servido para su tratamiento y la comida y la estancia en el hospital de él y de un acompañante,… Ha vuelto bastante más flaco.
En 2008 hubo unos 247 millones de casos de malaria en el mundo que provocaron cerca de un millón de muertes, sobre todo en niños africanos. Ese año el paludismo estaba presente en 108 países.

La malaria llega a los humanos por un parásito (plasmodium) que se transmite a través de la picadura de mosquitos anopheles hembra infectados. Una vez dentro los parásitos se multiplican en el hígado y después infectan los glóbulos rojos. Los síntomas van desde una fiebre muy alta a vómitos, dolor de cabeza, escalofríos... Suelen aparecer a los 10 ó 15 días después de la picadura y si no se trata dentro de las primeras 24 horas el paludismo tipo falciparum puede agravarse produciendo la muerte porque altera la afluencia de sangre a los órganos vitales. El diagnóstico y el tratamiento a tiempo pueden evitar el agravamiento de la enfermedad y la muerte y contribuir a reducir la transmisión.

Los más vulnerables son los niños pequeños que todavía no son inmunes a las formas más graves de la enfermedad. Además la malaria es la causa de numerosos abortos y de mortalidad materna y provoca poco peso al nacer. Se calcula que anualmente mueren 200.000 lactantes a consecuencia del paludismo padecido durante el embarazo. El paludismo afecta sobre todo a los empobrecidos que no pueden pagar el tratamiento o tienen un acceso reducido a la atención sanitaria y atrapa a las familias y a las comunidades en una espiral de pobreza.
Cuando vine por primera vez a Tanzania di clases de matemáticas a David, un chico de la comarca de Sadani, que estudiaba el último año de secundaria. Una tarde le vi pálido, se encontraba mal. Le pregunté qué le pasaba. “Me duelen las articulaciones”, me dijo. No era su primeria malaria y allí, en una habitación sin apenas luz, con gran malestar, trataba de estudiar y de entender mis explicaciones en un inglés poco ortodoxo.

Gracias a los misioneros de la Consolata, David disponía de un dispensario con un médico o… algo así. Los países de África tienen, por término medio, un médico por cada 100.000 habitantes. En los últimos años se han marchado de África unos 30.000 médicos en busca de un trabajo mejor remunerado. Sin duda son necesarios más dispensarios, médicos mejor preparados y parteras que asistan en las comunidades rurales.

Los niños de hogares pobres y los de zonas rurales tienen menos posibilidades de recibir un tratamiento para la malaria. Protegerse de las picaduras de los mosquitos es la primera medida de prevención. Es preciso que quienes viven en zonas de riesgo duerman bajo mosquiteras tratadas con insecticida de acción prolongada y que se fumigue el interior de sus viviendas.


Pero se necesita educación, una correcta formación sobre el uso y el mantenimiento de las mosquiteras. No sería la primera vez que se utilizan para pescar o como red de la portería de un campo de fútbol. Además hay problemas con el aumento de la resistencia de los mosquitos a los insecticidas y la inexistencia de insecticidas alternativos que guarden relación entre el coste y su efectividad.

El Fondo Global para combatir el sida, la tuberculosis y la malaria ha pasado de 100 millones de dólares en 2003 a 1500 millones en 2009 para combatir esta última. Gracias a esto son muchos los hogares que poseen al menos un mosquitero. Los fondos siguen siendo inferiores a los 6000 millones que se estimaban necesarios en 2010 para combatir la enfermedad.

De momento no se ha encontrado una vacuna eficaz aunque hay abiertas algunas vías de investigación, parece que muy avanzadas. Pero la investigación y fabricación de nuevos fármacos se sigue centrando en los problemas que afectan a los países desarrollados y solo el 0,2 % se invierte en enfermedades que afectan a África. Lo que no da dinero no existe y con la cultura capitalista seguimos creando ciudadanos de segunda o tercera clase. En nuestro mundo, ¡no todas las personas valen lo mismo!

El 25 se celebra el Día Internacional contra la Malaria. Que no sea una fecha más en el calendario.


Fuente: Informe Manos Unidas “Nacer y sobrevivir en África”. Abril-Junio 2011



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