Hace unos días que no me pongo con el blog. Ya lo siento.Llevamos unos días ciertamente ocupados y no encuentro tiempo para contaros la experiencia tan rica que estamos viviendo. Ayer comentábamos entre nosotros que estos días no tendrían precio en una agencia de viajes española.
Hoy quiero contaros nuestro viaje a Oventeni, un pueblo remoto de la selva peruana a 140 Kms. de Satipo y más de 250 de Villa Rica que es donde vivimos habitualmente. Nuestro objetivo era visitar al Padre Luís, un cura húngaro al que conocimos el año pasado y con el que hicimos amistad y disfrutamos mucho. Luís lleva unos meses en Oventeni y queríamos acompañarle unos días y, de paso, conocer otra zona del Perú profundo.
Decidimos ir en avioneta, no sin cierto miedo. El piloto, muy experimentado, nos dio bastante confianza y el nombre de la compañía, Alas de Esperanza, acabó por lanzarnos al aire en un viaje de 22 minutos sobrevolando la selva. Nos llamó la atención los fuegos que se pueden apreciar desde el aire. Gente que quema una zona para poder establecerse y allí cultivar y más tarde abandonarlo todo en busca de otros lugares.
En Oventeni viven unos 2000 colonos y más de 6000 nativos Asheninkas. Algunos en comunidades a días de camino apartados totalmente de la civilización. Muchos no hablan castellano. Otro mundo, muy distinto al nuestro,donde hay que pedir permiso para entrar. Es normal ver a familias enteras caminando en fila. El hombre, protector, con una escopeta y sin peso, seguido de su mujer y sus hijos con la mercancía a las espaldas. La pobreza es absoluta. Son evangélicos en su mayoría. Los franciscanos hacía años que no podían atender esta misión.
Me cuentan como hasta hace más bien poco tiempo los nativos han vivido subyugados por los colonos. Ya en los años 80, Oventeni sufrió las secuelas del terrorismo de Sendero Luminoso.
Esta zona es cafetalera pero encuentra muchísimas dificultades para sacar sus productos. La carretera es espantosa. El viaje de vuelta fue en coche y nos llevó 10 horas.
Algo cruel para esta pobre gente que no puede salir de allí de otra forma pues la avioneta es muy cara. Durante los meses de lluvias la carretera es impracticable. Imaginaros un niño enfermo que necesite atención y que tenga que aguantar un insoportable viaje para llegar a un hospital donde quizá le digan que hay que derivar a Lima porque no tienen los suficientes medios. Otras 12 horas de viaje. Esta gente está hecha de otra pasta.
Me quito el sombrero ante esta gente tan resignada y tan sufriente. También ante los misioneros como Luis. Un tipo austero, más bien callado que, aunque no domina el castellano, ha apostado por acompañar a estas gentes en su peregrinar. Su sueño es empezar un internado donde los chicos puedan residir mientras estudian secundaria. La educación, lo tiene muy claro, es la única manera de salir de la pobreza en la que viven.
Me despido de él con tristeza. ¿Cuándo volveremos a hablar? En Oventeni no hay teléfono, ni luz. Han sido unos días intensos. Le tendríais que conocer. Es de esas personas que te cambian por dentro, que te remueven, que te interpelan,… Le está costando hacerse a la vida peruana pero él sabe que aquí está su sitio, entre los más necesitados. Él sabe que vivir es ayudar a vivir.
2 comentarios:
Hola juanje
Que alegria leer tus comenatrios de Oventeni, y al mismo tiempo triste conocer sus realidad de un pueblo muy alejado y olvidado por los gobiernos de turno; soy nacido en Oventeni, emigré hace mas de 22 años, soy profesional, y me obligo a proponer medios de desarrollo con proyectos de seguridad alimentaria por ahora para atender a los mas necesitados, sobre todo a mis hermanos los indígenas que tienen menos alternativas; espero concretar socios aliados e iniciar una ofensiva de desarrollo para la población (ojala), y respeto a los indigenas y protección al medio ambiente
Espero tener tu correo y escribirte, mis saludos cordiales y ojala cuando retornes nuevamente por estos lugares, encuentres huellas alentadoras del Padre Luis, en su proyecto de internado entre otros. Un abrazo desde Perú
oventeni lugar de ganaderos, cafetaleros y de asheninkas triunfadores que pusieron resistencia a los españoles con su gran líder Juan Santos Atahualpa, haciendo retroceder A los invasores españoles, lo cual hoy da gran estabilidad de ser libres e independientes de poseer gran valle de oventeni y disfrutar su riqueza que existe de sus paisajes y su clima tropical, por supuesto de la gente emprendedora, lo único que nos ayudara hace grandes me refiero en todo los ámbitos, es educando a la gente formando buenos profesionales buscando apoyo mediante las ONG ellos son el canal fundamental de promover el estudio y ayudar a la ciudadanía...
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