viernes, 30 de marzo de 2012

Día Mundial del Agua


Coincidiendo con el Día Mundial del Agua, el Presidente de Tanzania, el Sr. Kikwete, visitó el pueblo donde vivo, Itunundu. Llegó, inauguró un proyecto hídrico y se fue. Ha sido realizado por la Iglesia anglicana y abastecerá a 7 poblaciones que cuentan, aproximadamente, con 20.000 habitantes. Ha costado 2.000 millones de chelines tanzanos, un milloncito de euros más o menos.

La toma de agua está en el río Little Ruaha a 25 km. de aquí y el proyecto ha tardado en completarse más de 3 años.

Mientras Kikwete no perdía la ocasión prometiendo ayudas agrícolas y hacía un poco de populismo al más puro estilo Chávez, yo me fijaba en un niño que bebía con ansiedad, -el calor apretaba a media tarde-, agua de una botella de plástico. Agua amarilla, contaminada, no limpia, como dicen por aquí. Gracias al proyecto, algunos de los habitantes de Itunundu no tendrán que recorrer, al menos dos veces al día, la distancia que separa su casa del río pero seguirán sin disponer de agua potable. Aunque se están haciendo esfuerzos, son más de 780 millones de personas en todo el mundo, la mayoría en el África Subsahariana, los que todavía no tienen acceso a fuentes de agua potable en cantidad y calidad suficiente.
A Itunundu ha llegado la cantidad pero no así la calidad.Por esta zona del mundo el 69% de la población carece de instalaciones sanitarias básicas y las tasas de defecación en espacios abiertos son altas, lo que por supuesto es una humillación para la dignidad de la persona y lo que provoca transmisión de enfermedades que pueden ser mortales para los niños.

Todavía, hoy en día, 2.500 millones de personas viven en zonas en las que no existen sistemas de alcantarillado adecuados o no hay tratamiento de aguas residuales, lo que provoca enfermedades infecciosas o diarreicas. Cerca del 90% de los casos de diarrea tienen su origen en el agua no potable y en la falta de higiene y más de la mitad de los casos de desnutrición se deben a infecciones intestinales.

Ya imaginaréis que entre el campo y la ciudad hay muchas diferencias. En 2006 sólo el 45% de la población rural del mundo tenía acceso a instalaciones de saneamiento básico. En las zonas urbanas era del 79%. El suministro de agua potable es dos veces más accesible para los hogares urbanos que para los rurales.
En Itunundu, el agua, como en todo el mundo, es vida. Aquí de hecho da la vida literalmente. Basta darse un paseo por las fincas de arroz que inunda el río para darse cuenta de lo que aquí crea el agua. Ha empezado la época seca y dentro de unas semanas esto será un desierto pero en los márgenes del río se mantendrán los pequeños huertos gracias al agua. Y en el norte, ¿qué? Consumimos mucha agua, excesiva, tanto en nuestras casas como en las industrias. Agua que nos cuesta poco y que, las más de las veces, desperdiciamos.

Preguntémonos, ¿hacemos un uso responsable de este bien tan escaso? He leído hace poco que unos tipos hicieron la prueba de vivir una temporadita con 50 litros al día, como la mayoría de los tanzanos. ¿Qué haríamos nosotros, “norteños”, con esta ridiculez? ¿De qué prescindiríamos? No he calculado los litros que consumo al día pero… son muchos más.

El agua potable debería ser un derecho de todos. Los estados tienen que seguir haciendo esfuerzos para apoyar a las regiones que no cuentan con las infraestructuras adecuadas y asegurar así su distribución.Se está en camino pero aún falta mucho. Por aquí seguiré viendo la estampa clásica de la mujer y los niños acarreando agua y los estómagos hinchados a causa de los parásitos. El agua potable sigue siendo un desafío en muchos pueblos del mundo, entre ellos Itunundu.

1 comentario:

A.P.P. dijo...

Estoy viendo como la lluvia cae cómodamente desde mi trabajo, en un país dónde los medios anunciaban el 'apocalipsis' por una futurible sequía.
Resulta curioso el contrastar mentalidades, vivencias y cotidianeidades...