domingo, 4 de marzo de 2012

DOS MUJERES EN ÁFRICA

Esta semana pasada he tenido la suerte de conocer a dos mujeres que me han parecido excepcionales. Las dos españolas y las dos viajando solas por África.

En medio de la rutina de cada día han sido un regalo, viento fresco para los meses que todavía me quedan en este país, un impulso que ha renovado mis ilusiones, mis esperanzas…

La primera trabaja para una ong española. Lleva 10 años en África y apenas pasa de los treinta. Guinea Ecuatorial, Mozambique y ahora Tanzania. Ha sido “elegida” para empezar un proyecto agrícola en el sur y la esperan 6 meses de arduos trabajos. Visitas, reuniones, viajes,… Todo, sola, con su mochila, sus 6 camisetas y sus 3 pantalones.

Empezar nunca es fácil. Ella ya ha empezado muchas veces y esta vez la cuesta más. Eso sí, cuenta con mucho apoyo en España y nosotros la hemos dado todos los contactos que puedan ayudarla en su periplo. Estamos en lo mismo y nos tenemos que echar una mano. No somos empresas compitiendo sino organizaciones de desarrollo tratando de cooperar, de hacer un mundo mejor, más próspero, más solidario.

Ella nos ha agradecido la compañía. Se encuentra sola y nos dice que quiere “socializar”. Aunque es una mujer con recursos y se apaña estupendamente, necesita de personas de su misma cultura y con su mismo idioma, con los que charlar, desahogarse, compartir su trabajo y su vida por Tanzania.

Dentro de unos días nos hará una visita. Quiere conocer este proyecto y nosotros creemos que podemos aprender mucho de ella.

La segunda mujer se nos presentó en Iringa. Nos había escuchado hablar en español. Estaba pasando unos días en la ciudad recibiendo clases de swahili porque quería “limpiar” su swahili congolés. Sí, ella vive en el este del Congo y los tres últimos años los ha pasado como voluntaria en los campos de refugiados cerca de Goma en el Kivu Norte.

Nos impresionó muchísimo su labor y nos pasamos toda la tarde hablando de la situación que se vive en este país a poco más de 1000 km. en línea recta de donde yo me encuentro. 5 millones de muertos desde 1998, violaciones como arma de guerra, niños soldado, miles de desplazados internos y de refugiados en los países colindantes. Un conflicto del que nadie habla, con pocos segundos en las noticias de nuestro país. Una historia con un futuro poco esperanzador. Congo es inmensamente rico pero este año aparece en último lugar en la lista del Índice de Desarrollo Humano que confecciona la ONU. La casi totalidad de las reservas de coltán y casiterita, minerales estratégicos, indispensables para la tecnología de última generación, se encuentran en este maltratado país. Otro día dedicaré una entrada a analizar algunas de las causas de su pobreza actual.

Pues esta chica, como os iba diciendo, después de pasar algún tiempo en Bolivia, Camerún,… decidió que su lugar, su camino en el mundo se encontraba con aquella gente sin hogar, lejos de sus casas, hacinados debajo de unos plásticos. Gente que huye de la guerra a la desesperada y que quizá tenga que vivir en esta provisionalidad el resto de sus vidas. Allí ha estado esta madrileña, trabajando sin descanso y tratando de sanar las heridas de aquella humilde gente.
Ahora vuelve a España, ella también necesita “curarse”. Lleva mucho tiempo muy cerca del dolor, del sufrimiento extremo.

Para mí ha sido un breve encuentro pero sin duda será largo el recuerdo. Hay personas que te tocan dentro y, sin saber por qué, te hacen crecer, te invitan a ser mejor, te animan a comprometerte.

1 comentario:

Alberto P. dijo...

Mucha fuerza desde un norte supuestamente en crisis.